Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, esto es El Conde de Torrefiel, ahora hacen teatro del 2015. En el 2014 hacían teatro del 2014… y así llevan años trabajando, convirtiéndose en una de las compañías clave para entender cómo puede hacerse teatro para el espectador de hoy, quien ha encontrado en sus obras una oportunidad para ver y oír en la escena las cosas que no le son ajenas.
Afincados en Barcelona, venidos de Suiza y Valencia, medio kitsch y medio trash, con el sentido del humor por delante, con la responsabilidad de comunicar sin meandros, preocupados por el cuerpo, por sus músicas y sus hablas, han presentado «El rey vendido por el aburrimiento» (2010), «Observen cómo el cansancio derrota el pensamiento» (2011), «Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke» (2011), «La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento» (2013) así como otras obras audiovisuales, además de colaborar asiduamente con la compañía de danza La Veronal.
Ahora llegan al Centro Dramático Nacional (Valle-Inclán) con «La posibilidad que desaparece frente al paisaje», un proyecto que se ha ido amansando durante su proceso «Guerrilla» en el Nyam Nyamn, en el Flare Weekender de Manchester, en Inmediaciones, en el Antic Teatre y en la Fundición. Puede que un sitio inesperado para su estreno, o no. Nada que reivindicar, el teatro es su lugar natural, y es de todos.
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